viernes, 25 de junio de 2010

L'eau

Pour la bouche.

Se, no tiene sentido. Era eso o poner una canción de mi grupo favorito (que ¿para qué les miento?, es malísima... pero la escuché en vivo).

Desde hace tiempo quería poner una entrada divertida, sobre cosas triviales. Pero nomás no me llega ninguna. Y luego paf, que se me ocurre.

Verán, una de las cosas que se me hacen más interesantes, son las fobias. Si, yo tengo muchas fobias: entomofobia, acrofobia, agorafobia, claustrofobia, xenofobia. Lo sé, la agorafobia y la claustrofobia suena medio redundante, pero la agorafobia me da cuando voy a la playa, generalmente. En fin, mi hermana es una de las personas que tiene muchísimas fobias. Le gusta la seguridad, eso es. Le da miedo volar en aviones, su claustrofobia es fuertísima, lloraba cada vez que iba a clases de natación...

Y de eso les quería platicar, la hidrofobia. Ultimamente he escuchado muchas historias de gente que se ahoga (principal razón por la cual el agua no es la preferida de muchos).

La fobia de mi hermana, por ejemplo, tiene como antecendente que una vez cayó en una piscina. "¡Miren como flota!" Fue el grito de un niño imbécil alertador. Cuando la sacaron, tenía los labios morados. Logró vivir, though. Fue eso (y otras cosas) lo que hizo que mis padres tomaran la decisión de que entráramos a clases de natación. Mis hermanas tendrían unos... 10 u 8 años. Yo tenía 3 (o menos). Así, pasé la mitad de mi vida dentro del agua. Si, claro, me ahogué un par de veces (culpa de maestros ineptos)(aaah, si, y de compañeros idiotas que no saben ayudar, y cuyo nombre protegeré por chida-buena-onda). Pero aprendí a nadar. Algunas veces la gente se ahogaba por mi culpa; escuincles pendejos que me seguían cuando yo saltaba a la alberca y ellos no sabían nadar.

Pero, si se fijan, cuando la gente se ahoga, 99% de las veces, es culpa de la pendejez de la gente, observemos unos ejemplos.

Hace mucho tiempo, estaba en un hotel, una convención o algo así. Yo estaba con una amia comprando sabritas en el bar que estaba a unos 10 metros de la alberca. Conversábamos felizmente como un par de nenas que no hacen nada más que comer. Y en eso... "¡SPLASH!    (pausita)    ¡SPLASH SPLASH SPLAS!" (si, carajo, me gustan las onomatopeyas)  se escuchó. Ambas volteamos y alcanzamos a ver un par de personas aventándose con ropa al agua. ¿Qué pedo? pensamos las dos.
Resulta que una señora estaba con su bebé a un lado del agua. El nene quería, naturalmente, meterse al agua. El nene, naturalemente, no sabía nadar. Así que su madre lo tenía que estar cuidando y finalmente se hartó. Así que decidió meterlo al agua. La orilla que le quedaba más cerca, obviamente, por que era una huevona. Y, justo donde estaba la escalerilla porque, reitero, era una huevona. La muy idiota jamás pensó que había una escalerilla en esa parte de la alberca por que era la parte más honda. Un par de metros, para ser exactos. No lo recuerdo bien, pero recuerdo que en el fondo la presión era magnífica. La que hace que dejes de escuchar. Entonces, los bebés, ¡oh sopresa, se mueven! Así que el bebé terminó resbalándose de las manos de su madre. Así que su madre fue en su busca en las profundidades del agua. Y, ¿adivinen quién más no sabía nadar aparte del bebé? Exacto, su madre. Ambos se comenzaron a ahogar y tres hombres (¡machoooos!) entraron a salvarles.

Otro caso, más corto. Un día, cuando mi primo era solo un niño gordo, mi tia lo llevó a algún lugar donde habia albercas. Debo decir que los primos de allá del norte no son muy brillantes (no sé por qué). Así que el niño corrió y brincó al agua. Padres del mundo: hay que enseñar a los hijos a no meterse al agua si no se sabe nadar.  

Y yo, cuando solía ir a clases, la primera vez, la doña me puso en el agua y allizzia se hundió en el agua irremediablemente. Segundos después, el maestro se dió cuenta de que me ahogaba. Oh, clever boy. Vi que pasó lo mismo en otra escuela de natación con otro nene. Tuve terror de hacer "buzitos" o ir más abajo de la superficie por varios años después de eso.

Luego, cuando alguien intenta salvar a alguien en el agua, el muy imbécil hunde al salvador. Jamás salvaré a alguien en el agua, ya lo he intentado. ¡Oh la bella lucha por la vida propia!

Siempre hay, al menos, un pendejo involucrado. Ya sea el ahogado u otro pendejo.

¿De cuáles han sido ustedes?

5 comentarios:

DvD dijo...

Pues yo no'más tengo claustrofobia y miedo a las alturas (batofobia o algo así)
Pues yo, usualmente, soy el pendejo (es que yo si se nadar)
¿Has leído “la cuidad de las bestias” de Isabel Allende? Si no, te spoilerseo diciendote que la mamá del personaje principal lo aventó al agua a temprana edad pa' q aprendiera a nadar. Por instinto salió a la superficie y nadó. Eso me pasó a mi, pero con un tío.
Y como la gente a la que trato de ayudar esta pendeja y me hunde decidí aplicar “la supervivencia del más apto”, jaja.


Saludos

Frédéric dijo...

Pues tu ya sabes mi historia...
Se nadar, o bueno, tal vez no me muevo nada, así que digamos que, sé flotar...

Me caga el agua, por eso, no voy a balnearios, por eso, no me gusta el cloro, por ende, las albercas, de ahí... me caga el azul, de ahí, me encanta el rojo. No sé por qué los relacioné... pero así le hice y punto.

Tengo un traje de baño con telarañas, guardado en el fondo de mi armario, mejor, en el fondo de mi "Placard".

Pero, en realidad puedo soportarla, todo es cuestión de adaptación...

Jony C dijo...

jajajaja...por eso me da miedo tomar clases de natación, soy un ser de bastante peso jajaja...y luego con instructores así de tontos jajaja...

Alicia L. dijo...

DvD: Wow, lo buscaré, el libro. Y si, en realidad, los bebés nadan por instinto. Eso debí haber hecho la primera vez que entré a una alberca pero supongo que ya no era tan bebé. Al menos no lo recuerdo, el agua me lo lavó (o el cloro que me entró al cerebro por los oídos). Y creo que se llama acrofobia.

Kabán: Y ese pinche tipo las pagará por pendejo. De seguro en Cuba les enseñan a nadar los padres a los hijos aventándolos al mar y gritándoles "¡Vete a México y de regreso me traes un taco!" y por el muy imbécil dijo, pos, acá también, ¿no? Y lamento decirte que, no fue el agua, pero por el agua saqué mi primer color favorito: el azul. Pero es por otra cosa que luego te cuento.

Jon: Pero hay instructores guapísimos ;)
Cuando iba a clases con el pinche cubano que ya critiqué allá arriba, iba una señora a aprender a nadar. La tenían con los bebés y le ponían dos flotadores (por eso de que hay más peso, ya vez). Nunca es tarde para aprender y el agua tarde o temprano te muestra su belleza. Cuando te ahogas cuando hay personas que te pueden salvar, solo dura un par de segundos. No es tan malo (a menos de que respires agua por la boca ¬¬ ).

Alejandro Aguilar dijo...

Pues bueno, yo no le temo a nada ;)... y aun asi creo que aun no me toca ser ninguno de los dos pendejos. Porque si son dos no? Si se nadar y creo que si alguien se ahoga enfrente de mi gritaria ¡Hey un wey se ahoga! -Y porque no lo sacas? -Bromeas, estoy muy entretenido grabandolo.

Rayos maldito calor... eh insomnio

Alejandro Aguilar