It's a fine day.

Exceptuando varias cosas, hoy podría estar bien. Ya no me siento tan lo que fui y más lo que soy. Escenas imaginarias comienzan a suceder de nuevo en mi cabeza, las suficientes para armar un pequeño drama sin sentido.

Recuerdo el platillo de la cena "Lomo en salsa de nuez, aro de pepino y tian de verduras".
Leo "Tian de verduras" en voz alta. TI-HAN-DE-VER-DURAS, es lo que mi cerebro recibe. De postre: Mus de Frutas. Nice, mus. No muss, o moose, o mousse. O algo más acá. Mus.

Oh. Alguien me susurra desde la ventana. Nadie, desde luego.

"Pero él: ¡nada! rien! wallou! nothing!" Interrumpo mi lectura para escribir un par de cosas.

No lo haré. No volveré a hacerlo. No pueden obligarme. No quiero volver a irme. Quiero morir. No me importa. Demasiado limpio, no te escondas. Les diré aunque no pueda ¡¿Por qué no me escuchan?! Estará bien. Pero a ellos no les importa. No les importa si a cada momento pierdo algo de mi. No hay sabor. Nada. Ya no me importa. Ya déjenme. Me iré solo. No quiero saber nada más. No me extrañarán ya.






PD. Si alguien me dice qué canción está implicita en este morado texto alucinógeno, escucharé "La Tetita" toda una hora completa.

PD2. ¿Entendieron mis indirectas? ¿No? Fuck you, entonces. Yo cantaré sola. No me importa.