domingo, 20 de mayo de 2012

He volado...

Han sido días, semanas ya, que soñé que me ahogaba. Afuera estaba oscuro, pero el agua -lo último que yo miraba- era brillante, azul y hermoso.


No sé cómo explicar la paz que se siente cuando uno está debajo de la capa de aire. No hay ruido, puro pensamiento y música de paz. Las cosas son fáciles. Allí, flotando, en movimiento y vaivén, abrazos a presión, un arrullo final.


Han sido años que no voy al agua, que no entro al mar. Pero cada vez que veo una imagen, el sueño vuelve a mi mente.


Es tan lindo estar debajo.


Que incluso, como en mi sueño, no me importa morir. Porque es paz. Es olvido. Es un sueño infinito. Como lágrimas, perdidas entre la infinita vastedad del oceáno. 


Pero no quiero dormir y volver a soñar. Porque voy a decidir, por favor, que no me vuelvan a despertar.



domingo, 6 de mayo de 2012

Me contaron algo bien gracioso

Sucedió en mi colonia y lo observó mi vecina. Le verdad me lo contó mi mamá. 


Verán, mi vecina es catequista pero más que nada le fascinan los niños. Los adora. Y la gente adora deshacerse de sus hijos por un rato, ya sea tirándolos en el jardín y recomendando que no se salgan de la colonia o dejándolos con la catequista (generalmente a los más pequeños). Anyway, los niños tienden a hacerse comunitarios. Y la jefa de la comunidad infantil es la catequista (seguida de la Sra. Cara de Rata, Las Alicias, las otras tres vecinas que se arriman y la que tiene un montón de hijos). 


Hay un niño muy especial entre ellos. Es un niño sordo cuyos padres tratan con mucho amor. Desde pequeño era muy social y sus padres ayudaron a que todo el mundo lo conociera. Poco después tuvo su implante y DIOS NOS LIBRE, este niño conoce a todo el mundo y adora estar en las calles y el jardín. Sus padres lo vigilaban mucho y todo, pero con este niño siendo amigo de todos comenzó a ser innecesario. Cuando no estaba con la catequista, platicaba con alguien, jugaba con las niñas que encontraba, jugaba futbol en el jardín... pero lo que más le gustaba (y aún le gusta) es bailar. Neta, ese niño baila demasiado bien. Tiene mejor ritmo que yo (y recordemos que es sordo). Se junta con las populares para bailar. Hacen rutinas y todo. 


Lo que quiero decir con esto es que, desde mucho antes, todos se daban cuenta de que el niño era un poco ¿fino? ¿extravagante? ¿alegre? ... ay, cómo decirlo... voy a usar palabras gringas para que suene menos discriminativo: flamboyant, merry, florid... gay. Okay, es "gay" en su significado Shakespeareano/Tennysoniano. ¿Ya? 


Bien, pues como es mi estado de ñoño la mayoría de la gente no lo saca de "jotito", pero la palabra perfecta es gay. Ese niño es demasiado gay que no soporto estar cerca de él. Es gay inocente, porque el gay-ismo de los niños es demasiado insportable porque son tan jóvenes y no ven los problemas del mundo. ES TAN ALEGRE QUE ME DAN GANAS DE VOMITAR Y BRONCOASPIRAR Y MORIR.


En fin, es gay. 


Y el otro día, la catequista estaba en el jardín cuando llegó dicho niño. Otros escuinclillos se empezaron a burlar de él como seguramente habrán escuchado a sus padres (no hubo nada específico con estas burlas así que no podré describir) y... Bueno. Pongan atención.


El niño, harto, se acercó hasta los otros plebillos, agarra a uno y lo COMIENZA A BESAR REPETIDAMENTE EN LA BOCA. 


REPETIDAMENTE.


Los niños salieron corriendo, y el afectado salió hacia su casa. La catequista estaba muy preocupada, pensando en que vendría alguna madre a gritar y cosas así; así que le llamó la atención al niño:


"¿Por qué hiciste eso?"


"Pues se estaban burlando de mí." Contestó. Y dijo que mejor se iba a su casa y se fue. 




Dudo que esos niños vuelvan a molestar al otro. O a algún otro gay/homosexual (pero posiblemente se vuelvan homofóbicos).


No sé ni sabremos hasta mucho después si este niño es verdaderamente homosexual. No es nuestro pedo, más bien.


Pero DIOS, es tan gay... y se ha ganado aún más de mis respetos.