domingo, 28 de noviembre de 2010

Confesiones de poca monta.

Son muchas las cosas nuevas que he adorado últimamente.


Primero, entrar a clases de idiomas fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. Abundan las personas que creen que conocen todo después de sufrir un poco, pero no tienen visión de los problemas que no caben en sus manos. Y tampoco caben en su cabeza. Pero ahora sé que hay esperanza en el mundo.


El siguiente, es Rebelarse Vende. Pensé que era un libro normal y corriente, que yo sabía todo ese tipo de cosas. Pero (maldito es el momento en que Joel decidió recomendarlo) ahora me volví más escéptica aún, si es que eso es posible. Ahora, para mi, todos están vendidos y los odio por ello. Bola de idiotas.
Lo peor es que me paso las noches pensando en lo predecible que soy, en que me he vendido al sistema, de que el sistema se aprovecha de mi, de que soy una víctima, y de todas esas locuras... Con razón me cuesta dormir.


Lo otro es la elección estúpida que me están obligando a tomar. Me doy cuenta de que me sirve para nada. Y como ya está muy trillado, le dejamos el tema ahí.


El último, es del concepto de soledad mio personal, ajá. Me di cuenta de que soy rarita peculiar. Mis recuerdos de lugares, no tienen personas. ¿qué puedo decir? Me impresionan más las cosas, no es mi culpa. Es de mis padres (ja).


Yo creo que por eso me gusta mirar al vacío. 


Voy a ir a delirar a otro lado. 



2 comentarios:

Alejandro Aguilar dijo...

ASi es mujer, no saben que pedo con la vida.. y acerca de la esperanza, creo que es un mito.. Escribire acerca de eso

Frédéric dijo...

¿Qué demonios? ¿Y lo que había comentado? Carajo, estúpido internet público.

Well ... I forgot already

Esos padres tuyos, te alejaré de ellos en cuanto pueda.