domingo, 17 de octubre de 2010

Quiero pensar.

Bueno, más bien, tengo la certeza de que soy normal. 


Ya me harté de que todos me digan que soy rara, que tengo cara de loca, y de que a veces doy miedo.
Tienen razones perfectas para decirlo, pero igual me molesta un poco. Aún más cuando comienzan a atacarme con repetidos comentarios acerca de ello.


Sin embargo, quiero pensar que mis reacciones tienden a ser totalmente normales:


Aquella vez que me puse toda emo, y tuve una crisis existencial que duró un par de meses (y que valió para: a) reabrir mi metro, b) conseguir una libreta-diario-no-diaria y consecuentemente c) abrir este blog), estoy segura de que fue por una razón de ñoña adolescente normal, y no porque me guste hablar sola (aunque ya no hablo sola). Mis razones principales sí son medio raras, pero estoy casi segura de que muy adentro, mis razones son normales.


Cuando tengo pensamientos nada apropiados en los momentos más inesperados (como escuchando al señor cura padre dar un consejo, o en una plática con un niño cuya edad es... desconocida), sé que todos los tenemos. Inténtenlo negar.


Cuando estoy segura de que los niños ven cosas que nadie más ve. Yo sé que ustedes también lo imaginan.


Cuando imagino una genial historia. Bueno, en esa, me doy el beneficio de la duda.


Cuando me dan ganas de matar. Ok, podemos hacer como que yo no escribí eso.


Cuando digo referencias que de vez en cuando me son contraproducentes, que nadie entiende o que me contradicen. 


Cuando tengo flashbacks, y los explico en menos de UN minuto, mirando al infinito.


Cuando explico por qué no se debe hacer cierta cosa, aunque sea algo mínimo, en una serie de hechos que termina con la muerte trágica de un ser querido o de sí mismo. Uhm... también les doy el beneficio de la duda allí.


Cuando situaciones completamente normales (para los demás), me parecen totalmente nuevas y me ponen en difíciles aprietos. Y yo sé que los que me conocen, saben de qué carajos hablo.








A veces pienso que tengo asperger o soy como Sheldon. 
Pero no es mi culpa ser como soy... 
Es culpa de mi padre, por comprarme Mafalda a la edad de 7 años, y por dejarme leer libros de Rius y de García Márquez a los 8. 




Sin embargo, quiero pensar, (y tengo casi una certeza) de que soy completamente normal. O normal, en lo que cabe.

2 comentarios:

Frédéric dijo...

Me alegra

Ya te he dicho que estoy dispuesto a leer todo loq ue haz leido. Pero no me quieres prestar los libros de Mafalda... y práticamente el 80% de tus libros.

Alejandro Aguilar dijo...

No dire que eres o no eres rara, o que los que te dicen eso estan o no estan bien. Te dire que siendo como quiera que seas, eres una chingoneria. Saludos mujer!




...Dark Angel...