Espero que sepan que la entrada anterior fue producto de varias horas de melosías en el ciclo REM, me levanté con ellas en la cabeza, y el internet se las chupó cuando accedí a él.
El resto del día fue un día normal.
- Gente huevona. Vengan temprano por sus ramos de trozos de palma benditos más temprano.
- Es cierto. Es muy tarde para que haya gente en la iglesia.
- Sí, mis amigos van a misa entre las 12 y las 4 de la tarde. |
- Nha, no es tan raro, hay gente que va a misa en la nochesita.
- No, en la nochecita la gente se confiesa.
- [resoplido incrédulo]
La verdad es que no sé por qué se me ocurrió que el mejor momento para decir todos los pecados cometidos es la noche. Imaginé un fondo frío y oscuro para el momento en que una persona le dice al padrecito morboso cuando lastimó a alguien y luego se sintió mal, sus acciones extramaritales, o los crímenes
Muchos pensamientos raros como aquellos también me ocurrieron en el transcurso del día. Cuando yo pensaba en cosas triviales y que ustedes posiblemente jamás llegarán a entender, un ruido de televisión coincidió con el momento en que un auto arrancó la marcha.
El sonido me hizo pensar en cuando estás en la playa (con el calor pegajoso y la piel sabor a sal, sea por el sudor o por la brisa marina) y alguien enciende un aire acondicionado.
Me recordó al mar pues. Yo no soy marina (pregúntele usted a quien quiera... que me conozca, claro está) pero de repente a uno le saben los recuerdos, a lugares, a comida, a momentos.
Pero no, no me gusta el mar. No me malinterpreten, tiene sus amabilidades. Me gusta cuando la arena caliente y seca se mete entre los dedos de mis pies. Me gusta el sonido de los pájaros y de las nubes. Pero más que nada me gusta el sonido del mar. Ese sonido que te llama, te hipnotiza, invita. Atrae, más que nada.
An angel whispers my name.
Y ahí va, uno como idiota a meterse al agua. Y es que luego el mar saca sus brazotes pesados y te abraza, pensando que a uno le gusta. Y no está tan equivocada, a uno le gusta; sí, pero abraza demás. Ahoga.
Y a cualquier persona que nunca le ha sabido amar al mar con paciencia, se lo lleva entre los dedos. Y lo destroza como una concha más.
Es culpa del mar, por que no sabe controlar sus versos, sus caricias, sus cánticos embellecedores, -de las sirenas- le dicen. Pero ya cuando estás atrapado, se siente su olor a muerte, su sabor yermo.
Es el calor, que a uno le pone a alucinar.
Pero ahor ya está soplando el viento fresco.
Viento fresco sobre la piel. Viento entre los cabellos al viento.
But the message relayed is the same.
When the deads of night come calling.
2 comentarios:
A mi no me gusta el mar, pero me encanta estar en el :/
COincido con lo de los padres morbosos, ¿como aguantaran tanto chisme?
Saludos.
el de "dias" me agrado mucho...los padres son gente de esas que golpearia de muy buena gana...y no es por lo chismoso, hipocrita y/o "buenas gentes"...sino porque se creen con el poder divino de decirte que esta mal en tu vida...y lo peor de todo...quieren arreglartela!!! y en este mundo solo hay tres cosas que me hacen encabronar: Que agarren mis cosas, que critiquen mi musica y que me digan que hacer...
El mar es...de los pocos lugares donde el olor a muerte es contrastado con el aroma a vida...y esque el mar esta en movimiento...y el movimiento te da vida...
...Dark Angel...
http://libertadintransigente.blogspot.com
Publicar un comentario