viernes, 18 de marzo de 2011

Pasados desconocidos.

Ella volaba por las calles, caminaba según el viento. Lo hacía con lágrimas en los ojos, que el aire secaba muy rápidamente.
Cuando llegaba, se reía muy fuerte y abrazaba a todos.
Le miraba a los ojos, y le decía con dulce voz:


"Te amo... te amo, te amo mucho, te amo."


Y la dulzura que destilaba de cada uno de sus poros convencía a cualquiera.
La amaban de regreso.


Cantaba a todo pulmón por los lugares que recorría sola, bailaba también. Le daba vueltas a los postes de luz...


Y llegaba a casa. Silencia, sola.


Por lo general se sentaba a beber. 
Pero hoy decidió festejar su tristeza en grande. 
Hoy tomó tomó una hojilla delgadita. 
La paseó por su piel. 


Y el dolor fue tanta alegría que la sangre -limpia, brillante- salió a felicitarla.


Al día siguiente, se quitó las lágrimas secas y salió a sonreir. 
A cantar a gritos y bailar por la calle.


Sabía que en la noche le aguardaría un nuevo juego.

4 comentarios:

Alejandro Aguilar dijo...

Un placer sordido y vulnerable.



Dark angel

Frédéric dijo...

Que loco...

Wait, no... si, que loco...

Laura Isabella Martín dijo...

Me reflejé...

Alicia L. dijo...

Y las sábanas con sangre seca.

I like it.