miércoles, 9 de febrero de 2011

La mar

El viejo miraba las olas con sabiduría, como solo unos ojos que han visto tantos años pasar pueden ver.


Se sentaba siempre a esperar morir, porque él había aprendido que ya no hay nada para vivir a su edad.


Su esposa había muerto, desde hace tanto tiempo que las letras de su lápida se habían borrado.


Sus hijos le habían abandonado y olvidado ya.


Su trabajo le había despreciado hacía tanto, que ni siquiera podía recordar él el oficio.


No recordaba ser humano desde hace mucho. No comía. No bebía. No recordaba las necesidades.


A veces se preguntaba si Dios se había olvidado en llamarle; o si la muerte le quería jugar de mala gana.




Miraba el mar, y de repente recordaba cosas que no podía saber si eran recuerdos suyos o de alguien más.


Nunca comprendió porque no aprendió a nadar.


Se encaminó al agua y la sintió fresca.


Se encaminó hasta que el agua se llevó su sombrero, y se fue a buscar a la muerte en ultramar.

6 comentarios:

Moly dijo...

Qué bonito...

Alicia L. dijo...

Snif, yo creí que fue uno de mis peores intentos...
Besos a Moly, solo por eso.

Alejandro Aguilar dijo...

Chingon..


Dark Angel

Solero dijo...

¡Siempre con algo nuevo que me sorprende! Felicidades :D

Frédéric dijo...

Creo que, leí esto en el momento incorrecto je...

Alicia L. dijo...

Oops. Lo siento Kabán.


¡Gracias srta. llamada Soledad!