Su cabello daba el camino a minúsculos arroyos, que desembocaban en el aire -de donde habían venido- y al suelo. Con la grava del suelo. Donde posiblemente descansaban huesos y huesos de los ancestros del lugar.
Estaba sentada, simplemente, sobre la tumba de alguien que no clamaba ser quien solía ser.
A lo lejos, quizá, podía escuchar música.
Música de rock.
Cantos de un lamento de amor.
Lamentos de una persona rota, de muerte, de dolor. De tristeza en su más pura forma.
Y fuego.
5 comentarios:
Amm... ¿Feliz 29?
jajaja pz feliz 29!!!
O...key.
Gracias. Supongo.
Es que me pareció muy bonita y te iba a poner un coment acá meloso, pero después dije: Un momento... Y... me confundí poquito...
... Se levanto y se dejo llevar. Aya, donde la musica nacia. De donde emanaba la soledad.
Y sin pensar se consumio.
Dark Angel
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