"¿Cuándo es tu graduación?"
"El sábado."
"Ok. Me voy y me peino contigo."
"Bueno."
...
"¿Dónde es la misa?"
"En el Expiatorio."
Y así comienza la historia, después de un par de visitas, un viaje a Guanajuato para la liberación de cierta carta (y del internado,consecuentemente), de varias vueltas con el modisto y de un par de medias negras nuevas, pudimos emprender camino el sábado en la mañana al lugar de dicha fiesta.
En realidad no era de mañana, ya que somos tan huevones que llegamos tarde así que ni alcancé a comer, a duras penas medio plato de arroz por que no soy fan del suchi (en lenguaje culichi) [Bueno, no soy fan del pescado/marisco, o soy taaan faaaan, que los dejo vivir en paz.] y pues... hasta eso estaba rico, pero tenía prisa... En fin, salí corriendo del Sushi y a la estética.
Fue cuando a uno le asalta la indecisión... ¿Cómo carajos me iba a peinar?
5 revistas después y un par de historias formuladas en mi cabeza decidí hacer el complicado peinado, resulta de la mezcla de la imaginación de varias actrices y artistas estéticos.....: chinos. Lo sé, casi muero en tomar la decisión.
En fin, peinadas y maquilladas (haaa! claro que no, yo no me maquillo) salimos rumbo a casa y a vestirnos... para darnos cuenta que teníamos un buen tiempo.
"¿Vamos a la plaza?"
¬¬
"¿Peinadas y maquilladas?"
"A ti no se te ve, Estelita... En cambio tú, Nina, pareces prostituta del Raval."
Ah, nadie sabe que es el Raval, vdd?
Así que finalmente, caminamos por la plaza buscando un mísero labial rosa. Perfecto ¿no?
Cuando llegamos a casa, nos comenzamos a vestir. Voy a ponerme por primera vez las medias que he esperado por tanto tiempo y que mi madre siempre confunde con mayas (o pantimedias en lenguaje finolis). Son negras... son cortas... son... ¡Ah no friegues! ¡No tienen silicón! Hombres: leáse silicón como la gomita que tiene la media para que se pegue a la pierna y no tenga que andarle subiendo en publico pleno y durante toda la misa y la fiesta de graduación y el baile, y lo más importante, ¡el baile! Jajaja.
Fine, no tengo de otra. Bueno sí, pero prefiero enojarme.
En fin, vestido, medias, zapatos, makeup, creo que todo está listo... Vámonos!
Ah... ¿Qué quién se va a ir con quién? Ah, forget about it. Me voy en el auto que caiga.
Lalalala... perdiendo tiempo.... lalalala.
Bien. Subir al auto. Por primerza vez entraré al famoso Expiatorio. Una construcción... ¿gótica? Ok, no sé de construcciones pero es una madre impresionante. De esas que vez y te sientes minúsculo. Y no pos su tamaño, no. Es... es una mentada de madre. Como una iglesia londinense, perfecta para el background de una caza de vampiros.
"¿Vamos a las quesadillas de doña trucus?"
Mi hambre hizo que perdiera mi hilo de pensamiento, hacía 4 o 5 horas que mi boca no probaba alimento alguno. Quesadillas hizo el truco, y mi boca comenzó a salivar. ¡¡Comiiiiida!!
"¿Las quesadillas de doña trucus?"
"Sí, por aquí se pone una viejita a vender quesadillas, como en una vecindad acá bien padre y saben bien ricas."
"Ah.... ¿Podemos ir por quesadillas de doña trucus?...." pero luego agregué a causa de las miradas que me asaltaron " digo... después de la misa... la cena la van a dar bien tarde... y la entrada va a estar mañosa...."
Desgraciadamente, doña trucus aún no había abierto. Así que tuve que caminar al puro estilo de la gallinita ciega ya que mi vista ¡yei! no sirve en la oscuridad. Un laaaaargo trecho. Hasta la entrada de la ¡oh! grande e imponente "Templo Expiatorio". Iba tan deprisa y tan hambrienta y tan alta y tan cansada, que no me pude fijar bien del templo por fuera. Digo, por el camino era más acá imponente... O quizá pasa que ahí abajo nomás no funciona. Tiene que verla uno de lejos.
Subí los escalones, que se miraban como de una piedra media resbalosa, y levanté la vista al llegar a la puerta. Delante de mi se alzaba una plancha de madera con caras y figuras religiosas en relieve, monos cuyos ojos vigilaban mi entrada a la casa del señor. Me sentí intimidad. No vaya a ser que nuestro señor se escondiese en una de esas figuras y decidiera moverse y seguirme para decirme que toda mi vida estaba malorientada y que debería irme por el camino de la iglesia y apoyarla dándole todo mi dinero, y convertirme en monja para pasarme el resto de mi vida sexosirviendole a los hombres de Dios que sí hacen cosas, por que las mujeres no servimos para nada.... (Ay, disculpen. He escuchado demasiados podcasts).
En fin, al entrar, agachada claro, ahi sí, se me cayó la boca y rodó por las bancas. Delante de mi se levantaba un monstruo rodeando la burbuja de aire que nos contenía. Metros y metros de piedra y cemento se elevaban en una plancha de piso de ajedrez... ok, no recuerdo el piso, pero escuchaba esa canción esta madrugada (gracias,chuy). En fin, creo que no cerré la boca hasta sentarme, y supongo que no la cerré durante el resto de la misa. Un laberinto de arcos y techos góticos detenidos por torres y columnas coronadas por ratas de piedra y calaveras, que me miraban y me suplicaban que huyera antes de que el tiempo se detuviera y corriera su misma suerte. Para ser sincera, parecía que en ese lugar, el tiempo no pasaba. Quizás no pasaba, no lo sé. Sentía que en algún momento alguien iba a gritar que la biblioteca se quemaba, o que había un muerto con los dedos negros y un libro con páginas envenenadas bajo el brazo...
La misa transcurrió, y yo no pude darme cuenta. Las ventanas eran vitrales oscuros, por la noche. Me decían que si salía de ahí, la paz del momento se rompiera y que me ametrallarían saliendo y que me iría al infierno por pecadora y me quemaría en fuegos rubíes por la eternidad. Me quise quedar ahí por siempre a escribir. De verdad. No me molestaría. Tanta soledad era perfecta, simplemente perfecta. Era el escenario perfecto como para encerrar al pueblo, pedirle que rece por su salvación y mientras todos rezamos, unos entes entran por las ventanas/vitrales, nos toman por los hombros y nos llevan a un campo de cultivo a comernos en privado. Uno por uno.
Es más, déjenme ver si hay imágenes en google:
Sí, ahí está. Mas o menos esa era mi vista, pero imaginenlo más oscuro, las ventanas de arriba están apagadas, las de abajo... apenas existen. Creo recordar que el sermón trataba de algo de la muerte y de la inevitabilidad.... En una graduación de medicina.
Cuando salí de ese hermético lugar, pues parecía que se había quedado en el siglo antepasado, murmuré lentamente:
"Con estás iglesias, hasta yo creo."
Para lo que me contestó el feligrés local:
"Uuuuuuy, y todavía no has visto las catacumbas..."
O.O
"¿HAY CATACUMBAS?"
Dios sabe lo que hace. Sus hombres, aparentemente, también.
Al salir, doña trucus no había abierto su puesto.
"¿Y se llama cómo doña trucus o por qué le dicen así?"
"No sé, Piri le dice así a todas las viejitas..."
Espere con ansias la segunda parte de la graduación: La fiesta...
5 comentarios:
Zaz, acabo de encontrar las fotos perfectas y ya publiqué esto. Bueno, les paso el link es otro blog jaja: http://pagliacci.ymipollo.com/141653.en-leon.html
Bajen a la tercera imágen.
aliziia, hey nena
muy buena reseña apenas es la parte
uno pero esta bien jaja eaa tus mayas bueno medias jajaja equis tu entiendes
sale esperare la parte 2
Ahh no mames... la del link de tu comentario si se vé bien intimidante jajajajaja
Ahhh yo quiero ir ahí!! me agradan las grandes obras, arquitectónicas, puede que sea por que mi padre es un arquitécto retirado, pero aún así, son esas pequeñas excepciones en las que no me importa sentirme tan pequeño...
Y fué ahí donde te hiciste tus chinos?? te hubieses tomado fotos... un momento! Ahuevo que te tomaron una foto... me la tendrás que mostrar Alice... tarde o temprano...
Esperaré la segunda parte...
Pd: Lo del Formspring se me hace una mamada, No contestas mis pregusntas, a mi no me hacen ninguna y ninnguno de mis amigos tiene cuenta... lo mandaré a la chingada ya!
Jajajja ¡ya quiero leer la graduación!
Amé esta parte:
"Es más, déjenme ver si hay imágenes en google:"
Preocupada por darnos referencia =]
Debo decir que tu relato inspiró un poco al mío pero sólo en la forma de comenzar, lo demás es...bueno, ya lo leíste.
=]
Publicar un comentario