miércoles, 4 de julio de 2012

Ingenio

Recientemente mi papá comenzó con uno de los procesos más viejos del mundo. Bueno, no tan viejo.

Tomó un montón de frijolitos, los puso en la tierra, ...no creo que los haya regado... mucho... digo, hay una sequía en el estado (por si no lo sabían). Pronto se convirtieron en ejotitos que crecieron, y estuve allí para cortar algunos (por cierto, es increíble lo que pican esas plantas). Después se hicieron frijoles (verdes, se consumen mucho en el otro lado del mundo) y al final esperamos a que se secaran. 

El proceso para tener esos frijoles implica cortar las plantas (de tajo) y llevarlas a un lugar para que se sequen, preferiblemente con techo. Este proceso también implico la muerte de un gatito (I still mourn it: Hidromuria) debido a la extensa cantidad de insectos del mal (aunque pudo haber comido frijol crudo, esperemos que no; eso es más doloroso).  Las ramas se levantan y para sacudir los frijoles secos (estos se caen solitos) y así hasta que no quede ni un frijol. Finalmente se tira la rama, se barre el frijol, se rejunta y se vende.

Este frijol - al menos un poco de él, claro - terminó en mi casa, guardado en unas canastitas y esperando para ser limpiado, hervido y comido. Mi madre cocinará esos frijoles esta noche así que los estaba limpiando. Hasta que se hartó. Mi madre detesta limpiar frijoles. 
Le dije que yo los limpiaría, y el punto es que los frijoles de bolsita que ya venden en el super vienen completamente limpiecitos y mientras yo limpiaba los otros me dije:

"Mija, no creo que contraten mil personas para limpiar piedrita por piedrita a los frijoles, no... Deben tener un sistema, una máquina. ¿Cómo le harán?" Y entonces fue cuando se me ocurrió. Tal como albañiles, los agitan sobre una malla lo suficientemente grande para que se vayan las basuritas y lo suficientemente pequeña para que queden dentro los frijoles. 

Desgraciadamente, eso se miraba muy lejos de mis posibilidades. Miré la canastita, una canastita que compramos en una antigua misión en las regiones tarahumaras. Se usaban para poner semillas dentro. 

HOLD THE FUCK ON, estas canastillas tenían huecos. EN LA PARTE DE ABAJO. Así que comencé a agitarla y MAGICAMENTE el frijol se empezó a limpiar. Hasta las hojitas caían (y esas hojitas son igual de roño-pegajosas cuando secas que cuando vivas y verdes) y los terrones de tierra. 

Hay que admitir que estos rarámuris son extremadamente inteligentes. Canastas para semillas bien útiles. Me vi la cara de tonta pero apuesto a que mi madre hubiese terminado de limpiar las semillas ocho horas después. 

Mis respetos para la comunidad tarahumara y espero que algún día pueda estudiar su bello lenguaje. 

PD. Ya huele a frijoles cocidos. 
PD2. El SIL nos hace quedar mal, ojalá hubiera ganado Quadri para crear un instituto y le ganemos al tal Simon que nos ganó nuestros preciados tarahumaras, tan adorables que son, tan parecidos a mí... No, de verdad, ¿por qué parecemos hermanos? WTF




3 comentarios:

Frédéric dijo...

Supongo que soy lo suficientemente obsesivo compulsivo como para hacerlo a mano...


Pero eso solo yo.

Alicia L. dijo...

Igual tienes que escojer los frijoles feitos, pachiches, picados y rotos de los bonitos. Pero limpiar las ramas y las piedras si es una hueva total.

Frédéric dijo...

¡Hueva total!