Mueve los dedos de los pies que no se sienten nada bien. Se aprietan en el vacío contra las paredes de las botas viejas y rotas. Volteo al cielo, imagino que veo allí la Tierra, un satélite pequeño, lejano. Un punto azul. Sonrío porque también te imagino allí. No les pude contar nada a los niños. ¿Te imaginas qué dirían, mamá en otro planeta? Quien sabe. Mejor que se quede así. Sin embargo yo no me he dejado de sentir solo. A veces ya no te extraño mucho. A veces no me acuerdo de ti. Pero cuando puedo extrañarte, se me muere ocho veces el corazón y se me flotan las lágrimas alrededor de la cara y desaparecen en el viento inexistente. Que aburrido es todo ahora. No sé si es diferente o es porque ya no estás conmigo. ¿Recuerdas cuando íbamos al parque de diversiones? Nos subíamos al simulador juntos y las aventuras que tuvimos allí ¡juntos! Cualquiera se enamoraba. Nos tomábamos unas píldoras y las imágenes nos duraban horas. Comíamos esas raras cosas "fritas", y nos íbamos en la noche a hacer a la oscuridad. Al otro día no nos acordábamos ni qué habíamos hecho, pero eventualmente nacía otro bebé. Nos llamaban rebeldes. Espero que te estés diviertiendo. Espero que disfrutes la vida. Espero que sigas viva. Te sigo amando. Por todas esas noches y las píldoras.
Te prometo que algún día volveré a hablar sobre ti. Por ahora, alzo mis ojos al cielo y te juro, TE JURO que vives por un momento. Los niños llaman. Ya me voy.
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