lunes, 3 de enero de 2011

Ya lo olvidé.

Ya no recuerdo si iba a quejarme, si les iba a contar algo, si nada más iba a hacer un update, ya no recuerdo.


Venía a escribirles, y de repente, se me esfumó todo.


De repente, sentí nostalgia.


Y quise cambiar mi vida.


Como de esas veces que estás sentada, bajo el sol, y miras a los demás; y de repente, te das cuenta de que los demás son mucho más felices y sencillos que tú.


Y decides que quieres ser ellos.


Y sonríes, intentando unírteles pero no puedes.


Por designios divinos, estás condenada a permanecer donde estás. Tu asiento te absorbe.


Una voz -desde adentro o desde afuera, no lo sé- te manda decir que tu felicidad no será como la de ellos: tu estás destinada a mirarlos, a envidiarlos; y, si puedes, detenerles un momento e intentar robarles un trozo de su alegría.


¿Saben lo difícil que es eso? Intentas ser feliz, y lo único que logras en robar almas. Nostalgias. Recuerdos. 










Viendo: Guerra y Paz - La serie
Escuchando: Love song - 311
Leyendo: La noche que murió Freud - David Martín

3 comentarios:

Alejandro Aguilar dijo...

Ser feliz es como un vaso lleno de agua... Aveces estamos llenos, pero llega un pendejo/a y nos derrama sobre el mantel blanco que acaba de llegar de la tintoreria... y nos deja, rodando, a la deriva...
Hasta que llega alguien y nos vuelve a llenar.




Dark Angel




Feliz 2011

Frédéric dijo...

¿Me dejas intertar llenar tú vaso?

Alicia L. dijo...

Es que... bueno, caballero, a veces quisiera ver todo el mundo en una tonalidad rosa. No romántica, pero cuasi perfecta.
Y me parece imposible.

Kabán, ¿me estás albureando?
Porque extraño que lo hagas.