lunes, 5 de julio de 2010

Ya estoy afuera.

No hay nada mejor como una semana sin internet como para darse cuenta de quién es realmente uno.

Primero, y menos importante que muchas cosas, leí varios libros. Les contaría de qué se trató pero me recordó a alguien pero todo al revés. Y al mismo tiempo me sentí totalmente identificada. ¿Saben que extraño se sinte eso? De verdad quise... no sé... cambiar... simplemente para dejar de sentirme tan identificada. Es como leer el triste futuro.

Luego, todo simplemente me dió igual. ¿Saben? No hacer absolutamente nada con tu cabeza es (ya pues, tomando las palabras del pink floyd) adormecerse cómodamente. A veces pienso que es en la forma en que la mayoría de los humanos sobreviven: educan a sus hijos, hacen su trabajo; en un adormecimiento que les hace que todo parezca cómodo.

No es fácil, me di cuenta. Cada noche le asalta uno ese sentimiento del noséqué-que-quéséyo. Mis respetos a todas esas personas, la filosofía les viene al culo.

Así que mi instinto fue huir. Huí en muchas formas. Por un momento me hundí en la música. 
Fue así como encontré una forma de describir ese noséqué. Así como... Estar encerrado (aunque no literalmente) en un lugar del que no puedes huir. Tienes que seguirlo viviendo día tras día por que no sabes como llegar a eso que te hará feliz. Lo único de lo que tienes ganas es tirarte en el piso a rezar por que algo te transporte. Así. Literalmente. Y yo no sabía como carajos alguien había podido transmitir eso. Pero lo hizo.

Basta una sola decisión para llegar. Encontrar tu amor es difícil pero de verdad que lo único que hace falta es una decisión. Y convicción. Y un par de vicios. Y saben, para entretenerse. Así que así nos la pone la vida. Suena sencillo. ¿No se me unen?

No. Ya. Estoy sola. Estamos todos solos. Mundo de miseria nos regala una cosa y nos quita otra. Que hijo de furcia.

Así, pasé el resto de mi semana en otro mundo. Uno de mis favoritos. Adrenalina. Fuego. Y hielo. Fuego de nuevo. Fuego...

La ternura que me embargaba por los días me arrebataba. ¿Qué era lo que pasaba? Ternura... Yo, al margen, sintiendo ternura. ¿Y mis instintos asesinos? Se estaban confundiendo, eso era. Mi corazón se apagó junto con mi mente. Era lo que las personas consideraban normal, creo. Normal, yo ¡ha!

Claro. Supongo que lo que más me sorprendió fue la facilidad de dar la espalda. La facilidad con la que a veces me puedo adaptar al dolor. Resultó que el adormecimiento puede ser útil.


No sé que piensen ustedes pero les deseo un agradable adormecimiento. Por un muy corto periodo de tiempo. Que los despierte una fina lluvia. Y con fina, obviamente, me refiero a que ojalá les caiga un aguacero encima que les moje hasta el cerebro. El agua de lluvia limpia todo.

6 comentarios:

Frédéric dijo...

Ya lo creo... y aún así, despues de llegar de la depor, me hicieron bañarme ¬.¬

Ok, me adormeceré cómodamente un rato.

Alejandro Aguilar dijo...

Pink floy... me da para un gran viaje... donde las cosas mas simples parecen trivalen en comparacion a los sueños perdidos de un ser indomable... donde pierdes tu mente 3 dias a la semana solo para ver jugar a los bichos dentro de tu interior...libremente...

Me eh adormecido un poco...


DarkAngel

Dr. Dulcamara dijo...

Todo lo que puede pasar tra suna semana sin internet, si yo ya lo dije, esta cosa es dle diablo.

Saludos

Judgement dijo...

bienvenida a la realidad! me gustó tu post ^^

Alicia L. dijo...

Wow, bienvenido Dr Dulcamara!!

Y Kaban, no podía ver tu comentario... Extraño.

Dark Angel, exaaaaacto.

Judgement: creo que es la primera vez que me comentas. Y si esa es la realidad, me volveré loca. A huevo.

DvD dijo...

Una semana sin internet, eso es lo que hace falta para reencontrarnos con nuestros yomi smos espirituales ¿No es así? Eso fue lo que dijiste.


Saludos