Hoy ha sido un día de mucho amor para mí. Nadie me dio amor, en realidad; hoy me recordaron muchas cosas -accidentalmente- sobre el amor.
Por eso decidí a pronunciarme frente al "amor", esa chingadera quequiensa'equées.
Por un lado, siempre he creído en que todos tenemos una otra mitad a la que pertenecemos, que somos complemento de ese otro.
Por otro lado, siempre he sido muy racional. No creo que sea nuestro trabajo pasarnos la vida buscando nuestra otra mitad, el destino no nos hizo para buscar el amor cada maldito minuto de nuestras vidas. El punto es que vivamos, no que busquemos hasta encontrar algo.
Y yo, en mi propia realidad, llevo años buscando.
No mi otra mitad ni nada, lo que pasa es que un día me di cuenta de que algo me hacía falta, de que me invadía la nostalgia de algo y no sabía de qué; inconscientemente he estado toda mi vida buscando ese no sé qué. Sé que no debería, las razones me dicen que no hay nada qué encontrar, pero muy muy en el fondo sé que de éso se trata mi vida.
Todavía me falta descubrir si me refiero al amor.
OKAY, ESPEREN, ME DESVÍO. Vale.
Que me pongo a pensar sobre el amor porque tuve que preguntar qué significa "agape". Se refiere a un amor incondicional, eterno, casi casi obligatorio. Yo creo que es como el amor que se tiene a uno mismo.
De allí que me avisan de que uno de esos filósofos griegos épicos (perdón por no saber) dice que existen tres tipos de amor "eros, philia, agape". No sé nada de eso, por eso no les cuento. Pero entonces me dan ganas de hablar de cómo defino yo mis tres amores:
- El querer
- El amar
- El enamorarse
El primero es bien sencillo. Es como el agape, incondicional y pa' todos. ¿Están leyendo esto? COOL, ya los quiero. ¿Me sonrieron en la calle? Los quiero. ¿Me acompañaste a comer el otro día? Te pinches quiero un chingo. ¿Entablamos una conversación medioincómoda? Ah, yastuvo, te quiero. Fácil. A veces hasta los quiero cuando ustedes son difíciles de querer.
El segundo, el amar, es más complicado. Requiere de tiempo, cariño, implica superar dificultades y, a veces, hasta dolor. También tiene un gran componente de confianza. Por eso es una decisión, yo elijo a quién puedo amar, a quién le dedico mi tiempo, mi confianza, un trozo de mi vida. Y generalmente es recíproco. Yo creo que éste es más o menos lo que es el eros.
El último es más bien complicado y yo no sabía qué putas era hasta hace poco. Siempre creí que se trata de sentimientos inexplicables y agradables hacia la persona que uno ama pero no, se puede estar enamorado sin amar. Enamorarse es sentir más o menos lo mismo que el amor, pero de repente, sin ser un sentimiento voluntario, y por lo tanto se siente más fuerte, porque no ha sido paulatino como el amar. Enamorarse es un montón de sentimientos inexplicables e involuntarios que llegan de chingadazo, y no son tan agradables como creí. Puede no requerir de tiempo o confianza. Eso sí, tiende a durar corto tiempo y eso es bastante cómodo. Supondré yo que por defecto éste es el más parecido al philia.
¿A ustedes cómo les funciona eso de lo que cantaba José José?
jueves, 9 de julio de 2015
domingo, 5 de julio de 2015
Patrimonio cultural.
Hace unas horas descubrí un duende. Se esconde detrás del sillón mientras yo escribo en el teclado, fija sobre la pantalla. Se asoma de repente, agarra la luz de alrededor para rebotarla sobre él, brilla como hadilla y luego vuelve a su escondite.
No sé si estará jugando conmigo, si me pide algo. No sé si darle dulces, no tengo más que un trozo de alegría. ¿Comerán los duendes alegrías? No tengo, además, deseos qué pedirle. Los duendes no tratan con cosas del amor, ¿no es cierto? Ahora, los duendes ayudan a terminar el trabajo, pero no creo que el duende pueda (o quiera) ayudarme a comenzar correcciones. Así no funciona. A los duendes les gusta buscar cosas brillantes, y la pintura, y las cosas que se pueden trenzar.
No sé qué busque el duende. Me apena mucho no poderle servir. Los duendes son criaturas nobles, pero si se aburren yo no sé qué podrá hacer con nosotros. ¿Qué tal que empieza a escondernos las cosas? El teléfono, algún zapato, el colador de la cocina para la flor de jamaica hervida. Yo quisiera poder ponerle algo qué hacer. A lo mejor puede ir afuera a recojer los pétalos de las flores secas, o a dormir bajo el tallito del retoño de mango. Ojalá los duendes pudieran correr a los chanates del árbol de afuera, porque corren a los demás pajaritos y además no dejan dormir.
Yo creo que los duendes no deben estar tanto en la naturaleza. En cuanto llegue el gato, el duende está en peligro de que se vuelva juguete para cazar. Yo temo mucho por la salud del duende. Ya les dije que son muy nobles, y uno debe cuidarlos bien.
Uno siempre debe cuidar los reflejos que le cuidan desde una esquina de la casa. No se nos debe olvidar que las criaturas sobrenaturales son patrimonio y los estamos matando fingiendo que no existen. Cuando ya no tengamos duendes, ni hadas, ni ánimas, ni nada, no vamos a poder detener nuestros trabajos de corrección para poder darles vida a las criaturas en cuentos como éste o cualquier otro; nos vamos a quedar sin cuentos ni fantasía, y nos vamos a morir de puro aburrimiento.
No sé si estará jugando conmigo, si me pide algo. No sé si darle dulces, no tengo más que un trozo de alegría. ¿Comerán los duendes alegrías? No tengo, además, deseos qué pedirle. Los duendes no tratan con cosas del amor, ¿no es cierto? Ahora, los duendes ayudan a terminar el trabajo, pero no creo que el duende pueda (o quiera) ayudarme a comenzar correcciones. Así no funciona. A los duendes les gusta buscar cosas brillantes, y la pintura, y las cosas que se pueden trenzar.
No sé qué busque el duende. Me apena mucho no poderle servir. Los duendes son criaturas nobles, pero si se aburren yo no sé qué podrá hacer con nosotros. ¿Qué tal que empieza a escondernos las cosas? El teléfono, algún zapato, el colador de la cocina para la flor de jamaica hervida. Yo quisiera poder ponerle algo qué hacer. A lo mejor puede ir afuera a recojer los pétalos de las flores secas, o a dormir bajo el tallito del retoño de mango. Ojalá los duendes pudieran correr a los chanates del árbol de afuera, porque corren a los demás pajaritos y además no dejan dormir.
Yo creo que los duendes no deben estar tanto en la naturaleza. En cuanto llegue el gato, el duende está en peligro de que se vuelva juguete para cazar. Yo temo mucho por la salud del duende. Ya les dije que son muy nobles, y uno debe cuidarlos bien.
Uno siempre debe cuidar los reflejos que le cuidan desde una esquina de la casa. No se nos debe olvidar que las criaturas sobrenaturales son patrimonio y los estamos matando fingiendo que no existen. Cuando ya no tengamos duendes, ni hadas, ni ánimas, ni nada, no vamos a poder detener nuestros trabajos de corrección para poder darles vida a las criaturas en cuentos como éste o cualquier otro; nos vamos a quedar sin cuentos ni fantasía, y nos vamos a morir de puro aburrimiento.
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