sábado, 28 de diciembre de 2013

Carry on

Hace unos siete años, alguien me dijo que no podría llorar con cada problema que se me presentase. Me gusta llorar. 

Pero entonces tuve que ser alguien fuerte, ¿saben? 

No.

Es que ya no sé qué es lo que se espera de mí y lo que yo espero de mí. No es lo mismo, pero es lo mismo. 

Quisiera llorar pero ya no sé para qué.

La vida transcurre en un par de notas de piano, y la frase continúa...

no quiero morir sola.

Y la verdad es que ya no entiendo nada.

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