Me despedí de mi hermana antes de pasar por "seguridad" en la central de autobuses. Puse mis cosas en la cinta y pasé por el detector de metales. Naturalmente sonó, ¿alguna vez NO suena? Una policía (agente de seguridad, ¿cómo demonios se llaman?) se acercó a mí mientras tomaba mis cosas con sus manos hacia mí. De repente se detuvo, me miró y:
- ¿Cuántos años tienes?
Aviso al público en general: no pueden preguntarme cosas personales de repente (principalmente el cuántos-años-tienes) y esperar que conteste de una. No, obviamente olvidé mi edad (no es como que siempre esté muy consciente de ella):
- Diecio... dieci... veinte. Veinte.
- ¿De verdad?
- Sí *se ríe de nervios de haber olvidado su propia edad*
- ¿No me estás echando mentiras?
- No.
- ¿Viajas sola?
- Sí...
Entonces se puso a revisarme. Supongo que no se puede revisar a los menores de edad, ergo la pregunta. Entonces se volteó y dijo a su compañero policía:
- ¡Dice que tiene veinte años!
- Puras mentiras, pásala por el dectector.
Estaba totalmente confundida y le pregunté a la señorita que qué pedo.
- Dice que te va a mandar al detector.
- ¿Perdón?
- Al detector de mentiras.
- Ah. Jajája...
- Jajajá, sí, ja. Que tengas buen viaje.
Después del desmadre me alejo con cara de WTF, me comunico con mi hermana a través del vidrio y me acerco el camión. Hago check-in (o eso) y me revisan mis mil bolsas, la tipa de revisión me hace mil preguntas mientras yo trato de evitar que abra la bolsa donde vienen mis calzones sucios. Subo, me despido de mi hermana una vez más y me siento en mi lugar. Espero con toda mi alma que nadie se siente a mi lado.
Entonces se sube una niña de esas que nunca se callan. Saluda a la señora que está en el primer lugar. Detrás de ella se sube su mamá con toda la pena del mundo (hasta me recordó a mí). Se sientan delante de mí y pienso "¡Qué bueno que vienen solas!; si trajeran a su alguien más, seguramente irían a un lado de mí".
Well shit, sube su padre un minuto después y se sienta a un lado de mí. Al menos el tipo se veía agradable.
Se sienta y se asoma la madre del asiento de adelante. Se ríe todo bonito y:
- Te ves bien grandote... a un lado de la muchacha que es... más... delgadita.
Sí, me alegra que haya elegido cuidadosamente sus palabras porque estaba a punto de decirle cosas feas, ¿sabe? Aligeran el momento diciendo que no se vaya a dormir él porque si no me aplasta, que no me de pena despertarlo, eh, que lo aviente, blablablá.
Se asoma la niña y, como siempre esas niñas, dice:
- Te ves bien gigante a un lado de ella, y es que como tú estás más... ancho.
Well, en esta familia algo anda muy bien. Nada de decirle gorda o flaca a la gente, that's nice.
Pero eso no quita el hecho de que me llamaron diminuta múltiples veces en menos de media hora y, ¿saben qué? IT IS ENOUGH. Basta de ver mi cuerpo. Vean mis ojos o mi boca, yo que sé.
Pues sí, soy pequeñita, posqué.